En el verano de 2002, cuando Eric Schmidt había estado en el puesto de CEO por cerca de un año, él escribió una auto evaluación del desempeño y lo compartió con su equipo. El documento incluía logros (desarrollo adecuado de procesos de negocio), objetivos para el próximo año (ejecutar más rápido sin comprometer el futuro) y áreas donde pudo haberse desempeñado mejor. La última categoría incluye varios puntos, pero tenía una autocrítica muy importante:
“Bill Campbell ha sido de mucha ayuda en el acompañamiento para nosotros. De hecho, este rol fue necesario desde el inicio. Yo debería haber sugerido esta estructura antes, idealmente en el momento que empecé con Google”.
“Bill Campbell ha sido de mucha ayuda en el acompañamiento para nosotros. De hecho, este rol fue necesario desde el inicio. Yo debería haber sugerido esta estructura antes, idealmente en el momento que empecé con Google”.
Esto fue un giro de 180 grados respecto al año anterior. Cuando Eric comenzó en Google, un miembro del consejo, John Doerr sugirió que Bill fuera mentor. Eric respondió: Yo no necesito un mentor. Sé lo que estoy haciendo.
Cuando tu ves el desempeño de un atleta de talla internacional, puedes estar seguro de que tiene un gran entrenador detrás de su éxito. Eso no significa que el entrenador sea mejor que el jugador en el deporte que se está desempeñando, de hecho casi nunca es el caso. Pero los entrenadores tienen una habilidad diferente: Ellos pueden observar jugadores en acción y decirles cómo ser mejores. ¿Por qué es tan inusual ver en el mundo de los negocios a entrenadores? Somos todos como cuando Eric comenzó en Google, tan confiados en nosotros mismos que no podemos imaginar que alguien nos puedan ayudar a mejorar? Si es así, esto es una mentira. Como líder también se requiere un entrenador o mentor.
El primer ingrediente de una relación de entrenamiento exitosa es que un estudiante esté dispuesto a escuchar y aprender. Así como existen atléticas difíciles de entrenar, hay ejecutivos difíciles de entrenar. Pero una vez que se rompe esta resistencia, ellos siempre encuentran cosas que aprender. Los mentores de negocios, como los entrenadores deportivos, son maestros de corazón, y Bill Campbell, el mejor entrenador de los alrededores, nos dice que cree que la administración es una habilidad que se puede desarrollar mediante el aprendizaje.
Para Jonathan la clase comenzó cuando Larry page llamó estúpidos a los productos que él había creado. La semana siguiente, Jonathan está sentado en la oficina de Campbell, preguntando porque él había comenzado en esa estúpida startup. Quería renuncia. No renuncies, Bill le suplicó. Aguanta un poco. Quizá aprendas algo.
Por eso, y todo lo que has hecho por nosotros, gracias entrenador.
(FRAGMENTO DEL LIBRO. “How Google Works”).
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